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¿Para qué sirve la escuela media? |
¿PARA QUÉ SIRVE LA ESCUELA MEDIA?
“Hoy, hasta para un puesto de repositor en supermercado, te exigen haber completado la escuela media...”
Esa especie de sentencia es algo bastante común de escuchar para jóvenes que buscan empleo; y ha sido asumida como una evidencia irrefutable que –entre otras especulaciones– sirve para argumentar la necesidad de extender la obligatoriedad escolar hasta finalizar ese nivel educativo (18 años de edad... si todo va bien).
En el debate sobre la nueva Ley de Educación Nacional, esa irrefutable evidencia-necesidad ha adquirido status de objetivo de logro inexcusable, para cuya legitimación hemos sido encuestados bajo opciones terminantes: SI-NO-Ns/Nc.
La argumentación se refuerza con el latiguillo (naturalmente agradable a los oídos) de la “preparación adecuada para el mundo del trabajo”...
Pero ¿hasta qué punto esa evidencia-necesidad es una realidad auténtica, totalizadora, abarcativa?
Cabe interrogarse al menos, en términos objetivos, sobre cuánto comporta de idealidad o de factibilidad el perseguido logro al que se apunta.
Cabe interrogarse también sobre la desigualdad de oportunidades existente para primarios derechos a la educación (junto a muchos otros), que ha dejado instaladas el “modelo” socioeconómico que aún se enseñorea entre nosotros y que demandan su resolución de manera prioritaria.
Ni que hablar del estrago sociocultural de tal herencia u otras reliquias...
No se trata de desconocer o descalificar ciertas evidencias apoyándose en las carencias existentes. Pero no se puede pasar por alto la situación de muchos jóvenes que estarían forzados a cumplir con la obligatoriedad que se pretende implantar cuando, en su evidencia-necesidad o simplemente en sus aspiraciones, se plantean otro/s proyecto/s de vida.
Dicen los que conocen “el paño” que, cuando cierta demanda empresarial reclama escolaridad media completa para un puesto de “ché pibe”, lo que está buscando es garantizarse un presunto “disciplinamiento” adquirido en el cumplimiento de una regularidad escolar; tal exigencia poco y nada tiene que ver con las competencias de “empleabilidad” que pudiere traer el desempleado en busca de empleo para ser empleadas, y que tampoco estará dispuesto a reconocérselas salarialmente...
Una verdadera evidencia-necesidad es que: preparar para el mundo del trabajo (que también es educación), en términos de competencias básicas a adquirir bajo educación formal, requiere robustecer la formación en cuatro capacidades q |
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