Contenido
del artículo:
Introducción
El tumor
benigno
El tumor maligno
Etapas de la evolución
clínica del tumor maligno
Pronóstico
Prevención
Tratamiento
El contagio
Existe alguna confusión
sobre el significado de la palabra Cáncer. Para algunos, es solamente
el tumor maligno (epitelioma) que se desarrolla en las células
epiteliales del revestimiento cutáneo o mucoso; otros en cambio usan el
término Cáncer para indicar todo tipo de tumor maligno, cualquiera que
sea la estructura histológico que tenga y tejido sobre el que se
implante. La afirmación más correcta es la segunda, ya que en el
lenguaje corriente no científico, Cáncer indica toda clase de tumor
maligno localizado en cualquier parte del organismo. Tumor benigno Se denomina benigno el tumor que: - crece lentamente con un ritmo mucho menos rápido que el tumor
maligno (llamado corrientemente cáncer);
- se desarrolla en sentido expansivo y no infiltrativo, o sea que a
medida que crece aplasta el tejido sano circundante sin infiltrarlo
ni invadirlo (como en cambio hace el tumor maligno);
- no se reproduce a distancia, o sea, no origina metástasis (es
decir, "filiaciones tumorales" en órganos o tejidos
alejados del tumor primitivo). Las metástasis son, en cambio,
características del tumor maligno;
- no recidiva después de la extirpación quirúrgica total;
- y no compromete el estado general del paciente, es decir, no
produce aquel grave estado de desnutrición y debilidad general
propia de los tumores malignos en fase avanzada (caquexia
cancerígena).
Por eso el tumor benigno constituye siempre una enfermedad
local, en tanto que el maligno es local en la fase inicial y después se
generaliza; además es una afección de término siempre favorable
porque no produce trastornos que comprometan la vida del paciente. Pero en ciertos estados y por la acción de algunas
influencias, el tumor benigno puede volverse maligno; por ejemplo, la
administración demasiada abundante de foliculina (hormona segregada por
los ovarios) puede transformar un adenoma de mama (tumor benigno) en un
adenocarcinoma (tumor maligno). Existen numerosas variedades de tumores benignos según el
tejido en que se implantan y del que las células tumorales reproducen
su estructura. Se denominan Lipomas, Fibromas, Osteomas, Miomas,
Neuromas, etc., los tumores respectivamente sobre el tejido graso o
adiposo, conectivo o fibroso, óseo, muscular, nervioso, etcétera. Los trastornos provocados por estos tumores son de escaso
relieve y a veces se limitan a un defecto de tipo estético (tumores
benignos que deforman frecuentemente el rostro u otra parte
descubierta). El diagnóstico es casi siempre fácil; corrientemente la
extracción de un trozo de tejido tumoral y su observación al
microscopio para observar su estructura (biopsia) permite al médico
reconocer el tipo de tumor que presenta el paciente. El pronóstico,
como hemos indicado, es siempre favorable. El tratamiento el tratamiento es la extirpación quirúrgica
que se ejecuta con facilidad, porque el tumor benigno no infiltra, sino
que comprime el tejido circundante; precisamente por esta
característica el cirujano puede "enuclear" (es decir,
separar) la masa carnosa del tumor. |